NUESTRO CLAN, DENTRO DE SUS PROPIOS CÓDIGOS, NOS OFRECE SUS «PERMITIDOS»
DE PERMISOS Y LEALTADES En esa línea las emociones son un gran eslabón. Así nos encontramos con sellos familiares donde la tristeza puede expresarse y el enojo no, o viceversa. O el odio debe disfrazarse de falsa simpatía con su límite en la indiferencia. O la alegría y el placer deben camuflarse en ansiedad o falsa tristeza, permitiéndose solo «llorar de alegría». O el miedo esconderse detrás de rivalidad u hostilidad. Cualquier sustitución es posible, con la firme intención de no acceder a la emocionalidad auténtica y genuina.