COOPERACIÓN Y COLABORACIÓN EN LA CONCEPCIÓN

En uno de los últimos talleres hablábamos sobre la importancia de la concepción y el nacimiento en nuestro transcurrir y como esto determina en gran medida lo que podríamos llamar “destino”.

Y sincrónicamente me encuentro con un escrito que hace referencia al espermatozoide “triunfador” en el proceso de fecundación.


Si el momento previo al instante fundante de nuestra concepción es conceptualizado como una guerra donde habrá ganadores y perdedores,  tal como nos muestra el paradigma imperante, si sin cuestionamientos aceptamos tal “metodología” como cierta y absoluta, si esto queda inscripto en nosotros como “el modo” de alcanzar la meta, podemos encontrar en ello el origen del mecanismo de competencia en detrimento de la colaboración.

Como mis pensamientos definen mi mundo, tal como comenta Alejandro Jodorowsky, elijo ver ese momento como una cooperación y no una guerra.

Les dejo este texto y video donde Alejandro J. lo explica con su personal modo de adentrarse en los temas de los que sí  hay que hablar.   


…"Los espermatozoides son como una manada de gorilas, mordiéndose y luchando para llegar a esta bola idiota que tienen que violar. Entonces yo parto de que vamos a cambiar la imagen del óvulo. El óvulo no es una bola idiota. El óvulo es un ser potente que está ahí ejerciendo un influjo, ¿no cierto?, como un imán. Está tratando de atraer el ser que lo va a completar.

Entonces, los espermatozoides, que también son millones, es decir, están divididos en fértiles y no fértiles, que son los ayudantes. Ellos van a ayudar a que se haga el camino iniciático de llegar hasta el óvulo. Y ese camino iniciático tiene dificultades que van a fortalecer el espermatozoide. Son las dificultades necesarias. Y cuando llegan al óvulo no llega el campeón. Sino que llegan cien, por lo menos ayudados por todos.

Es un trabajo de equipo total. Y se clavan los cien en el óvulo. Se clavan así. Y son colitas vibrantes. Entonces, el óvulo empieza a girar. Entonces, ahí se va formando la energía doble. 

Y cuando ya se formó la energía, entre todos le dicen: -“Tú eres, entra tú”. 
–“¿Yo? ¿Yo?” 
-“¡Sí, tú!”. 
-“¡Bueno, qué maravilla! ¡Puedo entrar!”. 
–“Sí”. 
–“Voy a perder mi colita”. 
–“No importa. ¡Entra! Aquí estamos nosotros.” 
¡Bum! 

Entra y su cabeza estalla. Y se mezcla. Óvulo y espermatozoide ya son un sólo ser mujer y hombre. Macho y hembra. Y se empieza a crear el ser con células masculinas y femeninas. Es una colaboración absoluta. No somos hijos de la guerra. Somos hijos de la colaboración absoluta.

Los óvulos de María no son los óvulos de Josefina. Son diferentes porque en el óvulo está todo el ser también. No podemos diferenciar el ser de la carne, el ser de la materia. El espíritu de la materia está totalmente unido. Entonces, sus óvulos contienen toda la historia genética de la familia. .. el espermatozoide también trae ya una marca. Se van a unir los dos, pero se van a unir en realidad dos corrientes psicológicas ya muy marcadas que vienen del pasado.

Entonces, en el momento que… Mira, yo digo ¿hay reencarnación? ¿Hay otra vida? Yo digo: Yo no sé. Yo sé que fui algo antes de nacer. No sé qué. Y sé que seré algo después de morir. No sé qué. Pero algo fui y algo seré. 

Entonces, ese algo que fui es una potencia increíble que viene de los deseos del universo. Que la vida se multiplique ¿para qué? Para producir conciencia".

Enlace al video:

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