LOS "PERMITIDOS" DEL CLAN
Cualquier sustitución es posible, con la firme intención de no acceder a la emocionalidad auténtica y genuina.
Existen familias donde la tristeza está bien vista y el enojo repudiado.
El
odio debe disfrazarse de falsa
simpatía con su límite en la indiferencia.
El
miedo taparse con hostilidad.
La
alegría y el placer deben
camuflarse de ansiedad o falsa tristeza, permitiéndose
solo «llorar de alegría».
Una emoción genuina es adaptativa,
lo que no necesariamente será equivalente a «políticamente correcta»
Adriana
Moya Rech
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